El desastre de Fukushima en Japón, sirvió para que sectores vinculados con las “renovables” compitieron en cantar desmesuradas alabanzas a las “grandes ventajas” que tendría ese país, si – teóricamente- reemplazase las nucleares por eólicas. Pero tan rápido como se instaló el tema, desapareció súbitamente, pues Japón “no compró viento” , y actuando dentro de la lógica técnica, no cometió la tontería de pretender reemplazar usinas de base (por caso las nucleares), por usinas meramente complementarias, como son las eólicas. Se salvó así, de cometer el error que tan caro le está costando a Alemania, donde pese al aumento del uso energías renovables, sus emisiones de carbón aumentaron, debiendo afrontar además costos mucho mayores por la energía, ya que éstas son mucho más caras.
Sin embargo, estos antecedentes no son obstáculo para que en nuestro país Macri decida invertir en estas costosas energías, afirmando "Tenemos que llenar la Patagonia de molinos".
Satisface así las aspiraciones de las transnacionales del ecologismo fundamentalista –principalmente las británicas Greenpeace y WWF-Fundación Vida Silvestre, intentando frenar por distintos medios el desarrollo tecnológico y socioeconómico argentino, utilizando el pretexto del ecologismo y la sana preocupación de la gente por la defensa del medio ambiente.
Es así que en octubre del año pasado se aprobó la llamada Ley Guinle, que amplía y acelera en forma apresurada los plazos y elevadísimos límites mínimos porcentuales de cobertura de la demanda eléctrica, que resultarían obligatorios –monopolística y excluyentemente e incluso contra toda lógica económica y estratégica-, favoreciendo en forma desmedida a las incorrectamente llamadas “energías renovables”.
« No es un tema menor, que con el accionar de zapa de las ONGs “ecologistas” transnacionales (más que “ecologistas” son verdaderos organismos de presión, en el marco de las “guerras blandas” libradas desde la concepción geopolítica imperial), esos entes y sus apéndices locales, de hecho se oponen sistemáticamente al Plan Nuclear Argentino, que es uno de los máximos exponentes del renacer tecnológico e industrial argentino, elaborado desde una concepción de geopolítica argentina con objetivos de Grandeza Nacional. Del mismo modo, se oponen a las obras hidroeléctricas, que también son piezas claves dentro del contexto energético nacional, como sustento de nuestro desarrollo que precisa la diversificación coherente de nuestra matriz energética.» Ver: Ecoterrorismo contra el desarrollo nacional
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